Vídeo interesante: cómo interactúan las setas mágicas con el cerebro

El compuesto psicodélico permite nuevas conexiones cerebrales, ofreciendo una estimulación sensorial que puede ir desde sensaciones visuales y auditivas hasta emociones místicas y profundas. La activación de una serie de regiones del cerebro nos proporciona una experiencia de consciencia aumentada.

El hombre ha ingerido setas psicodélicas o "setas mágicas" durante más de 9.000 años, e incluso a día de hoy estos hongos se utilizan como droga recreativa. Pero, ¿cómo cambian la forma en la que funciona nuestro cerebro?

ASAP Science ha publicado este ilustrativo vídeo que explica la ciencia detrás del compuesto psicodélico: la psilocibina. Éste es el principal ingrediente psicoactivo en las trufas o setas mágicas. Cuando se consumen, nuestros cuerpos descomponen la psilocibina en la sustancia activa, la psilocina.

La psilocina impide la absorción de serotonina en el cerebro, y por tanto, deja más cantidad de ésta a disposición de los neurotransmisores para su asimilación. La psilocina puede también estimular los receptores de la misma forma que lo hace la serotonina, porque tiene una estructura química similar. Esto causa un estímulo amplificado que nos permite ver y percibir cosas sin ningún incentivo, lo que también se conoce como alucinación.

El compuesto psicodélico permite nuevas conexiones cerebrales, ofreciendo una estimulación sensorial que puede ir desde sensaciones visuales y auditivas hasta emociones místicas y profundas. La activación de una serie de regiones del cerebro nos proporciona una experiencia de consciencia aumentada.

ASAP termina explicando cómo la mayoría de la gente que ha probado la psilocibina descubre una sensación de satisfacción potenciada y mayor bienestar en sus vidas. Las setas no tienen propiedades adictivas y apenas causan toxicidad a otros órganos y aparatos. Un estudio en el Reino Unido demostró que las setas y las trufas causan al individuo un daño mínimo comparado con otras drogas recreativas.